Son ciclos. Y como todo ciclo, con su principio y su final, termina. Y cuando termina, te deja ese gustito amargo del no querer terminar, de que queres que siga por lo menos un ratito más, dándote esperanzas. Esperanzas que no podes sacar de ningún lado, porque no hay forma que esas esperanzas lleguen de formas distintas. Pasa el tiempo y dejo de lamentar ciertas cosas. Primero deje de querer avanzar en algo que había quedado estancado. Siempre pensé que era mejor alejarse de lo que no me llenaba por completo, y eso fue lo que hice con el avance. Para que avanzar si donde estoy me encuentro bien?. Entonces me quedo quieta, disfrutando del momento como si fuese un chupetin de limón, esos que me encantan. Por segundo decidí que si me preocupaba tenia que ser por algo que realmente valiera la pena. Descubrí, con el paso de algún corto tiempo, que solo valen la pena un par de pocas cosas, esas que cuando las descubrís te hacen temblar un poco, te llenan el alma de buenos sentimientos y ganas de seguir un poquito mas. Y entonces, me siento en mi cama alta, donde no toco el piso, y sonrió porque me gusta aveces cerrar ciclos. Esta vez no me importan los gustos amargos, la desesperanza y la cantidad de cosas que me puedan traer un cierre, porque esta vez ya no se puede estirar mas. No quiero estirarlo, porque podría arruinar algo que me gusta, que me hace bien, que me hizo cambiar lo malo en su momento, y me perfecciono, haciéndome imperfecta.
Y le sonrió a el, que me acompaño tanto en tantas ocasiones, que me banco llorando por algún pelotudo, que me dio un abrazo cuando todos me habían dado la espalda. Le sonrió a el, porque se que aunque cierre este ciclo, los viernes a la noche vamos a encontrarnos en la puerta de casa para ese abrazo antes de ir a dormir. Porque lo alejo un poco para hacerle bien, para darle vida a lo que el quiere, y hacerme a mi a un nuevo lugar. Y le digo que su compañía me lleno de alegría durante todo el camino, que lo adoro con el alma, que logro ser fundamental en mi funcionamiento y que será por siempre ese amigo que me encontró en el momento indicado.
Y gracias por tanto, por fumarme así de pelotuda, por aceptarme tal cual soy. Te cierro este ciclo para que no creas que me dejas atrás. Avanza amigo, avanza que te hace bien.
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ESTA TODO PERMITIDO, SEÑORES.