lunes, 18 de abril de 2011

Dejo atrás al miedo. Lo escondo un rato bajo la alfombra y me despreocupo. Me cuesta muchísimo expresarme en momentos donde ni yo se lo que quiero; porque ahora estoy en un momento donde tengo que encontrar mi camino hacia adelante y saber como avanzar. Ahora camino porque sé que al final hay algo increible que me espera; que él me esta esperando desde siempre, y que ahora que empiezo a encontrar mi vocación solo me falta terminar de encontrarme y adentrarme de lleno a ello. Decidí que quiero quedarme vacía para que todo se llene del poder de Él, que me hunda en su poder y me saque nueva. Quiero dejar mi miedo atrás, mi desconfianza, mi no-fe en mi misma y llenarme de ese amor misericordioso y perfecto, que me brinda sin pedirme NADA  a cambio. Estoy enamorada. Y me dejo, me abandono, me vacío para que Él llene mi corazón de tantas cosas que hoy me faltan, y que el quiere que yo tenga. Todos, por el simple hecho de nacer, estamos salvados, pero yo quiero llevar esa salvación muchísimo más allá y hacer valer que un pibe se haya crucificado por mi. Porque solamente por mi, por todos nosotros, por el amor que nos tenía, Él camino hacia Jerusalen decidido a morir. Y por ello no me puedo quedar quieta, sin hacer nada por el.
Mi elección es darme a Él por completa, sin ponerle trabas. Empiezo a divisar mi vocación y si bien esta lejos de los hábitos, yo pienso entregarme entera y dejar que el actúe por mi. Yo, Iglesia, voy a aportar mi granito de arena para cambiar el mundo. Se puede.
Y hoy, con muchísimas dudas y miedos, les digo que aunque me tropiece mil veces y me vuelva a caer y a no saber donde estoy, sé a donde quiero ir. Yo, Sara Sammartino, QUIERO ser santa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ESTA TODO PERMITIDO, SEÑORES.